Skip to main content

Escenario a la vista (III)

By 04/05/2023septiembre 4th, 2023Cultura y enseñanza
Escenario a la vista

Por Patricia Moquillaza. Escenario a la vista (III)

Patricia Moquillaza es una flautista y Psicóloga residente en Madrid. Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid y graduada en composición por la Universidad Europea. Con su experiencia nos ofrece una visión especial a la hora de afrontar nuestras actuaciones.

Como comentamos en anteriores capítulos de este pequeño artículo, son muchos los pensamientos que nos vienen a la mente cuando nos enfrentamos a una situación que nos importa y que nos reta. En este último apartado, hablaremos de cómo podemos llevar a cabo ciertos pasos necesarios, y opcionales, para al menos, mirar a la situación desde otra perspectiva que nos pueda aportar una visión diferente. Comentábamos la importancia de le meditación y preparación, como paso previo a la actuación o audición. Sin embargo, no debemos tomarnos esto como una preparación obligatoria, sino más bien opcional y transitoria en la vida. No olvidemos que al igual que nos preparamos horas y horas, y ensayamos durante meses, nuestra mente también puede entrenarse, desaprender y aprender nuevas corrientes y maneras en que funciona mejor para nosotros mismos. Debemos encontrar la manera en que nuestra mente funcione mejor, quizá sea con la meditación, con practicar deporte con frecuencia, o con cualquier otra opción que encontremos para meditar internamente. Esta búsqueda no es nada fácil, aunque el proceso es muy enriquecedor, en ocasiones aprenderemos qué es lo que nos motiva a continuar y a dar lo mejor de nosotros mismos. Al fin y al cabo, lo que realmente nos guía hacia a delante es la fuerza interna, y es con la suma de experiencias, con la práctica y continuidad de enfrentarse cada día a diferentes retos, lo que nos dará un gran poder a la hora de sacar fuerzas de donde, aparentemente, parece no haber.

La meditación es una gran fuente de aprendizaje interno, y por ello es bien recibida por gran una gran cantidad de la población. Sin embargo, no debemos olvidar lo que dijimos anteriormente; quizá la meditación no sea el modo en el que mejor te desenvuelvas, por ello es importante que explores aquella opción con la que mas te sientas a gusto. Uno de los puntos claves es que se entre en consciencia con uno mismo, y nos sintamos más seguros de nosotros mismos.

¿De qué trata la meditación? Se puede meditar de muchas formas, no existe una pauta o guía exacta a seguir. Sin embargo, y a continuación, se darán ciertas pautas para encontrar un pequeño hueco en este mundo de la meditación. En el momento en que optemos por intentar la meditación, podemos ayudarnos de psicólogas y psicólogos profesionales que puedan ayudarnos en ese sentido. Siempre será bueno conocernos a nosotros mismos y seguir una vía pautada para cada uno de nosotros. Otra de las opciones que podemos realizar además de la meditación, es la utilización de nuestra propia mente. A veces es con nuestra propia mente con quien mantenemos un pulso, y ciertamente es muy desagradable, pues pareciera que estuviéramos luchando contra nosotros mismos. Sin embargo, desde otra perspectiva, lo que hace que se produzca ese pulso sería nuestra fuerza interna, y nuestro deseo de superar ese enfrentamiento o situación que nos suponga un reto, por lo que a priori, ya disponemos de esa fuerza para superar esa situación, debemos ser conscientes de esto. La meditación puede ser como nosotros la guiemos, aunque cierto es que es recomendable seguir ciertos pasos que expondremos a continuación.

Una de las primeras opciones que harán que nuestra meditación sea favorable, será la búsqueda de un lugar tranquilo y cómodo, como pudiera ser una habitación con buen ventilación. Los ruidos exteriores tampoco son buenos amigos de la meditación, por lo que sería bueno que en ese momento ningún ruido entorpeciera nuestro momento privado. La posición sería otra buen elemento a valorar. Existe la “posición cochero”, que consiste en sentarse en una silla cómoda con reposabrazos, y en la que la cabeza estuviera recogida. También podríamos tumbarnos en el suelo en una esterilla de ejercicios. En el momento de la meditación, ese momento en el que nos permitiremos que todos nuestros pensamientos vengan a nosotros, parecerá que en un segundo se nos plantaran todos los problemas delante de nosotros, sin embargo, el punto clave de la meditación reside en permitirse que esos pensamientos vengan a nuestra mente, no hacer por que se vayan, es decir, no luchar con ellos. Por ello, la mediación requiere de un entrenamiento que, si bien es cierto, en las primeras sesiones puedes ayudarte, si te es posible, de un profesional. Este proceso comprenderá un tiempo y será muy gratificante si se adapta a ti.

Por último, podemos encontrar en aquellas situaciones más restantes para nosotros, una oportunidad para poner a prueba nuestras exploraciones para con nosotros mismos. Si nos entrenamos en la meditación, podremos poner a prueba ciertas opciones, como el anclaje. Meditar mientras recordamos sensaciones positivas o experiencias agradables, nos encaminará a que nuestra mente aprenda también de esas situaciones positivas. Le mente tiene un gran poder y potencial, al igual que aprende y desaprende, podemos hacer que aprenda, mentalmente experiencias positivas y vayamos recopilando esas sensaciones agradables, y así las hagamos nuestras poco a poco. Estos pensamientos positivos y agradables, serán dirigidos en todo momento por nosotros mismos. En el transcurso de la meditación, y en el momento que experimentemos y pensemos en esas sensaciones agradables, el anclaje del que hablábamos puede ser un gesto que nosotros decidamos hacer, como por ejemplo, realizar con la mazo un gesto de OK. Ese podría ser nuestro anclaje. Por lo tanto, en la meditación, y llegados a ese momento, conectaremos la experiencia agradable con ese anclaje. Poco a poco iremos avanzando en la meditación y si nos sentimos cómodos y cómodas realizándola. Cualquier camino de la exploración de la consciencia requiere su tiempo. Nuestra complejidad nos hace únicos, debemos ser pacientes con nosotros mismos, respetarnos, y permitirnos ser, con todas nuestras circunstancias.