¿Alguna vez has escuchado frases del tipo «A ver si suena la flauta», «La flauta es fácil de tocar, haces fu y ya suena”?
Creo que esas personas se sorprenderían, y deberían comprobar que es cierto, hacer «fu» es sencillo pero hacer que ese «fu» suene bonito, no lo es tanto.
Estarás conmigo que, por mucho tiempo que lleves tocando este maravilloso instrumento, siempre hay días en los cuales, por la causa que sea, a la flauta no le apetece sonar. Y más aún en aquellas personas que están empezando.
Por ello me gustaría compartir algunos consejos para que, cuando ocurra, sea menos grave de lo que podría ser.
- Mantén una rutina de técnica constante. Es preferible que trabajes el sonido, un día que no tengas mucho tiempo o ganas, a que toques repertorio a lo loco.
- En los momentos que aparentemente, no tienes problemas de sonido, no olvides la técnica. Por experiencia, al final los malos momentos llegan y si no estás preparado, te puede pasar factura.
- Toma consciencia de lo que haces mientras tocas. Cuando llevas tiempo tocando, es muy normal dejarse llevar y no fijarse en lo que haces en tu día a día. Ten cuidado con eso porque, sin darte cuenta, en cualquier momento cambias la manera de tocar y llegan los problemas.
Si estás leyendo esto y quieres empezar a tocar ten en cuenta que debes tener una constancia, porque de lo contrario no lograrás avanzar y te frustrarás.
Siento decirlo pero esto no es un piano que bajas una tecla y suena… aquí un día, literalmente, deja de sonar y te echas las manos a la cabeza sin saber qué hacer.
Así que ya sabes si quieres disfrutar tocando, no descuides tu técnica.