Por Diego GarcíaTe voy a contar una experiencia que me ocurrió de pequeño.Hace unos 20 años tuve una lesión en el hombro, la cual todavía sigo arrastrando en mi vida de flautista. De pequeño hacía bastante deporte, tocaba la flauta y en aquel entonces, no suponía ningún problema, sin embargo cuándo fui creciendo esto se complicó bastante. Más o menos con 15 años empece a notar que cada vez tocaba más tenso y no me encontraba cómodo con la flauta, hasta tal punto que me suponía un gran esfuerzo tocar.Rápidamente me di cuenta que, durante muchos años, nadie me había enseñado a tocar relajado y el deporte «a lo bruto» tampoco me había beneficiado mucho. Mis músculos ya no aguantaban más, a los 15 minutos de comenzar a tocar se me dormía la mano y tras pasar por muchos fisios, llegué a la conclusión que el problema no era solo físico sino que la mente jugaba un papel bastante importante. Comencé a tratarlo como una lesión de la cual tenía que recuperarme con rehabilitación, paciencia, y mi cabeza iba a jugar un papel fundamental.Hasta entonces, un vaso de agua parecía que pesaba 1 kg así que lo primero que hice fue re-aprender a coger los objetos, flauta incluida, y sin hacer esfuerzos innecesarios. Posteriormente intentaba coger aire con la flauta evitando esas tensiones y después de 3 semanas muy duras, ¡Voilá! Comencé a notar que los músculos claudicaban y comenzaban a relajarse. En ese momento me di cuenta que el camino era el correcto.Unas semanas más tarde me encontraba tocando estudios de Boehm sin hacer un gran esfuerzo, los dedos se movían a la velocidad que yo quería y mi sonido era más relajado.Hoy en día ese hombro, por acto reflejo, aún se sigue tensando de vez en cuando, sin embargo gracias a lo aprendido, lo controlo y no me supone ningún tipo de problema en mi día a día.Esta experiencia fue muy dura, pero he aprendido muchísimas cosas y he mejorado como flautista. Espero que gracias a ello, si te sientes identificado, te pueda ayudar a mejorar a ti también.
